lunes, 21 de febrero de 2011

El día que al As se le fue la mano


La noticia la reveló a primera hora el fantástico blog La Libreta de Van Gaal, e inmediatamente empezó a difundirse por las redes sociales y las webs futboleras de toda España: el diario As había manipulado un fotograma del partido Barça-Athletic, eliminando a un defensa rojiblanco que trataba de evitar el primer gol de los blaugranas. Un error... ¿premeditado? Sea como fuere, y gracias a la misteriosa desaparición de Koikili, los lectores de la edición en papel se habían desayunado con una imagen que situaba al culé Dani Alves en un flagrante fuera de juego, lo cual venía a reforzar aún más las tesis del ya popular villarato, uno de los argumentos recurrentes del histórico periódico deportivo madrileño en los últimos años.

A media mañana, la edición digital del As se vio obligada a salir al paso y publicar una rectificación en la que pedía disculpas y aludía a un "error en la infografía". Poco después, el propio director del periódico, Alfredo Relaño, mostraba su pesar en un chat con los lectores: "Estoy avergonzado y pido disculpas por ese error a todos los compradores de As y, más allá de ellos, al barcelonismo en general. Ya he entrado en dos radios de Barcelona para hablar del asunto. Estoy esperando a los del departamento de infografía para que me lo expliquen […] En principio doy por buena la primera versión que me dan, según la cual se trataría de algo involuntario, fruto de un efecto al superponer unas instantáneas sobre otras. Espero que me lo demuestren […] En nuestro descargo puedo aducir que en la edición web del periódico la jugada está bien reflejada desde el principio y que esta misma mañana, en cuanto se detectó el error en el papel, se incluyó en la misma la rectificación a la edición de papel. Y también incluiremos mañana, en nuestra edición de papel, la rectificación con nuestras excusas, dado que no todos los compradores-lectores de papel acuden a la web […]".

No deja de ser curioso que en la trinchera de enfrente, siempre dispuestos a regodearse del traspié del competidor, hayan renunciado a meter el dedo en la llaga. ¿Por qué el Marca y El Mundo habrán silenciado tamaño desliz? ¿Solidaridad? ¿Compañerismo? ¿Elegancia? Quizá estas dudosas prácticas no les son tan ajenas. Parafraseando el clásico del periodismo de libelo, no permitas que la verdad te arruine una buena polémica.